El estómago se dilata y se contrae.
A veces, de tanto nervio, la piel se llena de ronchitas chiquititas, principalmente en la cara, el escote, los brazos y los muslos.
///
Después de la piel, entre las costillas: el miedo.
El va atizando y corrompiendo cada diástole con recuerdos y temores resabidos de hollín. Se extiende comedidamente - amo y señor de este desordenado habitáculo - acostumbrándonos a sobremorir con el calorcito pernicioso al que nos aclimata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Queria saber si querría participar en un simulacro de violencia entre peces.